Hasta hace unos años, las cintas de kinesio eran notas solo por los más grandes conocedores, sin embargo, hoy vemos cada vez más personas con cintas de colores pegadas a la piel que asoman por debajo de su ropa deportiva. Hay muchas cintas de kinesiología diferentes hoy en día. Su inventor fue el quiropráctico japonés dr. Kenzo Kase, que buscaba una solución para brindar soporte pero no restringir el movimiento. Es una cinta terapéutica que se pega estratégicamente a la piel, y con ella se reducen el dolor y la hinchazón así como se mejora la realización de ejercicios.

La cinta, que se puede usar sobre la piel durante unos días, levanta suavemente la piel lo que normalmente se nota solo al microscopio, pero es suficiente para aumentar el espacio en las articulaciones y así prevenir la inflamación de las articulaciones.

Cuando la piel se eleva ligeramente, los tejidos subcutáneos se relajan y llegan al cerebro diferentes señales que sin las correas, y como resultado, se reduce la presión en el punto doloroso. Otra ventaja es la mejora de la circulación y, en caso de lesiones, también otros fluidos que se acumulan en la zona lesionada.

Las cintas Kinesio nos ayudan a curar lesiones, dar soporte a las áreas débiles del cuerpo, mejorar el rendimiento de los ejercicios y mejorar o cambiar la memoria muscular.

Cabe señalar que las cintas de kinesio no se pueden utilizar para todas las lesiones, más bien al contrario: es necesario consultar a un médico o kinesiólogo antes de su uso. Le dirán cuándo usar la cinta y cómo sujetarla correctamente.